Hoy la última parte del prólogo del libro, que quede claro que yo no lo escribí si no que el prólogo me lo saque de los foros pikaflash, y si quieren seguir leyendo este libro hay un blog que se encarga de el (para verlo da click aqui : D)
Yo soy uno de los pocos que llegaron a conocer a L como L. Cuando y como lo conocí... este es el recuerdo más valioso que tengo, y no lo escribiré aquí, pero en esa ocasión L me contó tres historias de sus hazañas, y el episodio relacionado con Beyond Birthday fue una de ellas. Si dejo de pretender y simplemente me refiero a él como el Caso de Asesinatos de BB en Los Angeles, entonces imagino que muchos de ustedes habrán oído de él. Obviamente, nunca salió a la luz que L -y más aún, la Casa de Wammy, que me crió hasta los quince- estaba profundamente conectado a aquel asunto, pero, de hecho, lo estaban. L, por principio, nunca se involucraba en un caso a menos que hubiesen más de diez víctimas o un millón de dólares en riesgo, y esta es la verdadera razón por la que él se involucró tardía pero agresivamente en este pequeño caso, que sólo llegó a tener tres o cuatro víctimas. Ya explicaré más adelante, en las páginas que siguen, pero por esta razón, el caso de los Asesinatos de BB en Los Angeles fue un evento definitorio para L, para mi, e incluso para Kira. Fue un evento monumental para todos nosotros.
¿Por qué?
Porque este caso fue en el que L se presentó a sí mismo por primera vez como Ryuzaki.
Así que saltémonos todas las tediosas descripciones de lo que Beyond Birthday pensó, o como asesinó a su tercera víctima, ya que no tengo ningún interés en eso, y ya que estamos en ello, saltemos a la segunda y primera víctima, no hagamos ningún esfuerzo en fijarnos en los primeros asesinatos, y ajustemos las manecillas del reloj a la mañana del día después, el brillante momento en el que el detective más grande del siglo, L, comenzó a investigar el caso. Oh, casi lo olvido. En caso de que alguien más que el cabezón de Near o el engañado asesino esté leyendo estas notas, entonces debo por lo menos tener la mínima cortesía de presentarme, aquí al final del prólogo. Soy su narrador, su navegador, su contador de historias. Para alguien que no sea esos dos, mi identidad probablemente no importe, pero yo soy el segundon del viejo mundo, el mejor vestido que murió como un perro, Mihael Keehl. Una vez me llamé a mi mismo Mello y fui llamado con ese nombre, pero eso fue hace mucho.
Buenos recuerdos y pesadillas.
Y recuerden: si les gusta mi blog leanlo, sino, también.
"DigiL"
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